El paro en Barcelona Sporting Club se confirmó este jueves 30 de octubre. La práctica prevista para las 8h30 en el estadio Banco Pichincha no se realizó. Los jugadores decidieron no salir al campo en protesta por la deuda salarial que, según trascendió, ya alcanza los tres meses.
Ismael Rescalvo, técnico del equipo, se quedó solo en la cancha. La plantilla completa se negó a entrenar hasta recibir una respuesta formal de la dirigencia encabezada por Antonio Álvarez. La medida sorprendió, aunque había señales previas. El miércoles por la noche, el club canceló el acceso de la prensa a la práctica, lo que generó sospechas sobre un posible conflicto interno.
Álvarez acudió al estadio para dialogar con los referentes del plantel. Sin embargo, no hubo acuerdo. Tampoco una promesa concreta de pago. Se espera que en las próximas horas haya una respuesta institucional que permita retomar las prácticas este viernes.
Barcelona SC con partido clave ante Católica
El paro llega en un momento clave. Este domingo 2 de noviembre, Barcelona debe visitar a Universidad Católica, a las 18h00, en el estadio BancoGuayaquil, por la cuarta fecha del primer Hexagonal de la LigaPro.
El plantel teme que la falta de claridad económica afecte su rendimiento deportivo y el ambiente interno. Situaciones similares ya se vivieron en otros clubes del torneo, como Emelec, cuyos jugadores también pararon semanas atrás por el mismo motivo.
En lo deportivo, Barcelona vienen de vencer 1-0 a Libertad, resultado que les permitió recuperar el segundo lugar en la tabla. Suman 57 puntos, dos más que Liga de Quito —que tiene un partido menos— y seis por encima de Universidad Católica.
El objetivo inmediato es conservar esa posición, que otorga clasificación directa a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026. El título, sin embargo, luce lejano: Independiente del Valle lidera con 70 unidades, trece más que los canarios.
La paralización añade incertidumbre al entorno del club más popular del país, que ahora enfrenta no solo un desafío deportivo, sino también una crisis administrativa que amenaza con romper la estabilidad del camerino. Barcelona viene de altibajos en rendimiento en su centenario en el que tenían ilusiones de campeonar, pero que se diluyó precisamente por las inestabilidades.

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